Vaya por delante nuestra opinión al respecto de la masacre de la revista Charlie Hebdó: Injusta, innecesaria y absurda. Una masacre producida por tarados con cerebros lavados por promesas absurdas de muertes heroicas y harenes de virgenes en un paraiso de cuentos de hadas que sólo puede existir en sus mentes psicotrópicas. Como bien dice Slavoj Zizek «¿Como de débiles deben ser las creencias los islamistas que sienten amenazada su fé por una estúpida caricatura en un semanario de humor?». Coincidimos con la versión oficial de que sin duda se trata de un atentado contra la libertad de expresión de primer orden. No puede ser que alguien, por opinar diferente tenga que ser asesinado en arás de unas creencias diferentes. Pero solamente hasta ahí estamos de acuerdo con esa versión oficial que nos venden los medios.
Sí amigos. A pesar de nuestro carácter profundamente ácrata y ateo, no queremos pensar, como nos sugieren desde los mass media, que todas las personas que viven bajo sociedades islámicas son proterroristas en potencia, porque sabemos que no es verdad. Son sólo excusas para cerrar libertades que forman parte de la estrategia del miedo constante que utilizan desde el poder desde el 11S de manera sistemática. Políticas hollywoodienses de «buenos vs malos», utilizadas de manera extensa para recortar nuestros derechos.
Porque esa es la intención de nuestros políticos y dirigentes, guiados por el poder económico mundial: el usar cualquier excusa a su alcance para censurar, controlar, mentir, e impedir las manifestaciones de libertad de expresión en la ciudadanía. No interesa, en un clima de crisis mundial (probablemente causado intencionadamente para derribar por falta de consumo la cada vez mas amenazante economía China, lo que pretenden que a medio plazo suma a China en una crisis económica y social y de paso elimine la auténtica lucha sindical aquí y equipare los salarios europeos prácticamente con los chinos) que la gente salga a protestar. Quédense, queridos amiguitos, sentados y sentadas en sus sillones: la televisión les ofrece divertidas opciones para desear comprar y seguir produciendo con todas sus fuerzas en sus fábricas, con la complicidad de los sindicatos amarillos, con la complicidad de los politicos que van de amigos de la libertad.
Por que son estos mismos que ahora van de demócratas de toda la vida los que más tienen que callar: Hace unas semanas mataban -literalmente- en el estado español la libertad de expresión con la Ley Mordaza, que ejerce de facto una labor de miedo y represión sobre el pueblo y sus ideas, ya que el mero hecho de protestar o de documentar gráficamente la violencia que el brazo ejecutor del poder ejerce sobre la ciudadanía puede desencadenar penas de carcel o multas que sobrepasan las seis cifras. Díficil ser Charlie si te amenazan con elegir entre su democrático silencio o la protesta activa seguída de la cárcel.
Estos mismos demócratas hipócritas son los que ejecutan y sonríen el genocidio en Palestina, con la connivencia del resto de mandatarios: políticas de represión sistemática y exterminio, dignas de los nazis de la segunda guerra mundial contra un pueblo al que llevan masacrando casi 50 años para echarles de las tierras en las que llevan viviendo desde siglos. Mientras tanto, Hamas condena unánimemente la acción de estos terroristas, pero este hecho se ningunea dado que no interesa a los lobbies de poder. Sólo les interesa que «los de casa» sean los buenos, el resto deben ser malos, como hemos dicho, para mantener su politica de buenos y malos.
Son estos mismos los que ejecutan y firman politicas económicas que de facto asesinan a los pobres de Europa en arás de la competitividad y el capitalismo feroz: Merkel y su cuadrilla de cuervos no dudan en recortar donde haga falta y quebrar economías enteras si sus titiriteros, el capitalismo mundial, así se lo ordenan: Educacion: mejor tener obreros tontos y iletrados que no protesten. Sanidad… ¿que mas da que se mueran los pobres? porque ellos tienen sus seguros de salud asegurados.
Son ellos, los que se juntan en comandita para salir a «protestar» por la libertad de expresión, los mayores causantes de la pérdida de la libertad entre la ciudadanía de las últimas décadas gracias a estas políticas del miedo. Están deseando meter mano a Internet, el último gran reducto de libertad de expresión, para que se convierta en tan solo un mero escaparate más del consumo, en lugar de un foro mundial de intercambio de conocimiento y opinión.
Porque en No Konforme, por supuesto, Je Suis Charlie. Si. Pero también somos El Jueves, secuestrado por la monarquía española. También somos el palestino asesinado por un ataque selectivo con tanques. Somos el obrero en paro de larga duración. Somos el minero que protesta contra la ruina de su comarca. Somos el profesor de camiseta verde al que expedientan por levantar la voz contra los recortes. Somos el sindicalista al que acusan de llevar explosivos y que sin pruebas va a la carcel cuatro años. Somos la joven activista que cae apaleada bajo la bota del policía. Somos Iñigo Cabacas, asesinado por «cumplir ordenes». Somos los abogados de LAB, expoliados, atracados y acusados en tiempos de paz por ayudar a tener un trato mas humano para los que cumplen condena y sus familias. Somos el periodista al que la policia rompe su cámara y encarcela por grabar una detención ilegal. Somos el inmigrante preso en los modernos campos de concentracion de los CIEs. Somos la madre soltera que no llega a fin de mes y que roba en el super para dar de comer a sus hijos. Somos el periódico vasco cerrado por la censura del estado. También somos, en parte, todo eso.
Si. Somos clase obrera, activa y militante. Y esto sigue siendo lo mismo que hace 100, 200 años: lucha de clases pura y dura. No es los de abajo contra los de arriba ni otros eslóganes de postureo en Facebook para hacer el selfie en la mani. Sigue siendo lo mismo que siempre. Marx decía «la historia de la humanidad se reduce a una lucha de clases incesante que siempre ha tenido por resultado una clase dominante y explotadora y una clase dominada y explotada» y así es. Es los pobres contra ricos.
Tenemos claro nuestro bando. El de la libertad. Y en este, no entran yihadistas pero tampoco fanáticos católicos de semana santa, peineta y mantilla. Ni los políticos de ningun partido, porque la libertad, amigos, no entiende de siglas, no acepta dioses ni religiones, no quiere políticos, jefes, presidentes, secretarios generales ni líderes. La libertad solo es libre, o no es.
Que no os asusten, que no os engañen. Que no os roben nunca vuestras ansias de libertad.
John C. Bauer.