Vivimos tiempos duros y difíciles. La deshumanización (o quizá sea más acertado decir «hijoputismo«) de la masa de seres que conformamos lo que se llama civilización es un hecho patente, que nos rodea y contamina nuestras almas, haciendo peligrar incluso la estabilidad de las conciencias más fuertes.
Es difícil, en un contexto tal, saberse mantener al márgen -más o menos- y promediar cuando hay que hacer algo por el prójimo o cuando hay que ser un poco mas egoísta. Porque eso es en lo que nos transforma esta sociedad. En seres egoistas. Es el alma del capitalismo más feroz el mantener hasta el final el homo homini lupus, ya que de esta forma, la competitividad se mantiene, y por ende, la desigualdad y la lucha de clases.
El instinto nos hace pelear por un trozo de pan, o de una manera mas contemporánea, por un coche mejor, una tele de plasma para que nos adoctrinen con mentiras y unas vacaciones en el Caribe pagadas a costa de ser explotadxs. Así, una vez más, perdemos la línea del horizonte en una barrena hacia ninguna parte y la sociedad continua bajando imparable al fango, a la esclavitud oculta, pero de facto manifiesta.
Pero dentro de este panorama gris y vacío, dentro de esta sociedad anodina e imbécil, aún hoy, en lo mas duro de esta «crisis» (podríamos entrar a valorar las causas y consecuencias de esta macro estafa que estamos viviendo con la crisis) hay personitas que luchan, que dan de su tiempo, de su vida y recursos, para hacer la vida un poco mas llevadera al resto, a aquellxs que las pasan canutas cada día, no para comprarse un coche nuevo, si no para llevar un plato de lentejas a la mesa y que sus familias tengan algo que comer.
Son mas de los que creemos, están en la sombra y se merecen un reconocimiento. Que mejor manera de empezar una sección de la web Inkonforme que esta destinada a la militancia y la lucha social que haciendo mención y recordatorio de estas personas, que son el gérmen de -parafraseando a Durruti- ese mundo nuevo que llevamos en nuestros corazones.
Va por ellxs. Nos leemos, nos vemos en los conciertos, nos vemos en las calles.