Los chicos de Osorno se merecen un homenaje. Esta peña, que monta un concierto solidario con Guatemala, tenían muchas ganas de que visitáramos su pueblo.

Lamentablemente, el día que tenían planeado el concierto dentro de las fiestas no podíamos ir, así que tres semanas después nos avisan que al final movían el concierto un día solo para que pudiéramos ir. Joder, eso sí que son ganas. No podíamos decir no. Así que para allá que fuimos.

Christian, el organizador del evento, y sus compañeros nos recibieron por todo lo alto (joer, parecía que eramos un grupo famoso y todo… que grande es esta peña) y nos habían preparado un escenario de primera al aire libre.

Montamos los trastos gracias a las dos bandas locales –Jaleo entre Rejas y Antraka– que nos pusieron amablemente la batería y las pantallas de guitarra y bajo. Prueba de sonido y queda todo listo para arrancar el conci.

Media hora antes de que arranquen los Antraka, empieza el chaparrón. Gotas gordas y lluvia incesante que no tiene visos de parar a corto plazo. Esperamos a que pase la nube. Pero no pasa. Así que trasladamos todos los trastos al cercano edificio de las escuelas del pueblo. Nadie esta dispuesto a quedarse sin rock and roll.

Es la 1 de la madrugada cuando Jaleo entre Rejas se sube a tocar. Hora y media de caña nos depara este prometedor grupo de Melgar DF, repasando sus temas propios y algunas versiones muy cañeras. El público se va calentando gracias a su buen hacer.

Así que a eso de las dos nos subimos nosotros y arrancamos la misa de sabádo noche con Luis empuñando un crucifijo y cantando Salve de La Polla Records al más puro estilo Evaristiano. A partir de ahí, un publico entregado a saco, muchísimo pogo, gente volando por los aires y revolcada por el suelo, todos los temas del disco y alguna versión, Sergio rodando por los suelos, baños de kalimotxo y resbalones, caos y destrucción. Cuando el público se porta y hay esa conexión, ocurren noches mágicas como esta, que pese a los problemas, se sacan adelante.

Después siguieron Antraka, con un buen concierto, donde aprovecharon el publico caliente y lo supieron mantener hasta el final. Y después del concierto… copas, charlas, risas y lo que se tercie, hasta el alba. Noche inolvidable.